miércoles, 23 de diciembre de 2009

CEREBROS DE LUCIOS



Parece probada la existencia del canibalismo ritual como ofrenda a los dioses, o como manera de obtener la fuerza y el valor del guerrero enemigo.

En la Biblia está escrito que los antiguos israelitas, en caso de desobediencia a Dios serían castigados con grandes calamidades, incluyendo el comer carne de sus propios hijos e hijas (Levítico 26:27-29). Durante el sitio de Samaria por parte de los Sirios, se relata el caso de una mujer que junto a otra se comieron al hijo de la primera (Segundo Libro de los Reyes 6:24-33). Durante el sitio de Jerusalén (70 D.C.) el historiador Josefo relata un caso de canibalismo, perpetrado por una mujer de nombre María contra su propio hijo, ante la hambruna que asolaba a la ciudad rodeada por el ejército romano.

Pero hay otra teoría sobre el aumento de la inteligencia y de la potencia sexual como consecuencia de la ingestión de la hipófisis de otros congéneres, que plantea el canibalismo como base del origen de la raza humana y su diferenciación con otros primates ('El principio era el fin', Oscar Kiss Maerth)

Me pareció fantástica la idea, y ahora que se aproxima la Navidad, estuve elucubrando en este lienzo sobre la conveniencia o no de hacerme una cazuelita de hipófisis al pil-pil, como kokotxas, con las glándulas de unos cuantos merluzos humanoides que conozco (del latín merluccius , lucio de mar, por su parecido con el pez carnívoro de agua dulce).

2 comentarios:

Julia dijo...

No se qué decir... je, espero que no se te ocurra probar.
Feliz Navidad.

Fernando dijo...

Julia, he decidido conformarme con unas kokotxas (congeladas) traídas de mi tierra, pero no desisto de la idea... puede que para el año que viene.
Feliz Navidad para tí y para todos

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Me he metido en esto de los blós con la intención de dar a conocer mi trabajo, y contactar con gente que haga cosas interesantes

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